El Acné es una enfermedad inflamatoria crónica, que frecuentemente afecta a jóvenes y adolescentes a partir de la etapa de la pubertad. Tiene su origen en la unidad pilosebácea y produce lesiones que van desde comedones o puntos negros, hasta pápulas, pústulas y en los casos más severos quistes que pueden dejar cicatrices.
Durante la pubertad, ocurre el despertar sexual tanto en hombres como mujeres y el cuerpo produce un exceso de hormonas masculinas (andrógenos) que estimulan la producción de sebo en las glándulas sebáceas y esta sobreproducción (que se denomina seborrea) es uno de los factores causantes del acné.
Es frecuente en las mujeres que padecen acné o seborrea, un empeoramiento antes o durante la menstruación, esto se debe al aumento de progesterona cerca de los 28 días del ciclo, donde esta hormona se convierte en la predominante y aumenta la producción de sebo, empeorando la patología.
La causa básica del acné no se conoce, pero si hay considerable información en cuanto a los diversos factores vinculados con su patogenia. Es una enfermedad multifactorial que se basa en una alteración de la unidad polisebácea. Se considera que la susceptibilidad a la seborrea está determinada genéticamente.
En líneas generales los diferentes autores consideran como alteraciones básicas:
- Queratinización folicular normal.
- Alteración en la producción de sebo.
- Colonización bacteriana.
- Inflamación
Todas estas alteraciones van a estar reguladas directa o indirectamente por los niveles de andrógenos producidos a nivel gonadal, adrenal y en los tejidos periféricos.
Justamente el tratamiento del acné pasa por mitigar, aliviar o paliar todas estas etapas. En cuanto al proceso de queratinización tienden a usarse productos queratolíticos como es el ácido salicílico (comúnmente conocido como el ácido del acné). Las concentraciones de uso de este beta-hidroxiácido varían desde el 2-10%, generalmente en casa se usa del 2-5% mientas que en cabina es donde el especialista trabaja con concentraciones más altas. También tienen buenos resultados en estabilizar la queratinización folicular los alfahidroxiacidos como el láctico y el glicólico y el ácido Azelaico.
En su tratamiento son muy empleados los activos botánicos seborreguladores dentro de los que destaca el árbol de té, el Zn sebum y la Spirulina. Los dos primeros también tienen acción antibacterial probada, lo que los hace aún más útiles en este tipo de tratamiento. En el campo mineral tenemos el azufre y arcillas como el caolín que son ampliamente empleadas en mascarillas y exfoliantes.
El uso de antibióticos está restringido al campo dermatológico, donde es muy habitual el empleo de este tipo de medicamentos, ya que una de las características del acné es la contaminación bacteriana cuando se encuentra en etapas pápulo- pustulosas.
Como partimos del hecho de que es una enfermedad inflamatoria, es muy común el uso de activos calmantes y refrescantes tales como: alantoína, caléndula, aloe, manzanilla, azuleno, etc. Por lo general, se emplean formulaciones cosméticas y farmacéuticas en forma de tónicos y gel, por ser mas refrescantes y no comedogénicos.
Otro de los inconvenientes del acné, son las secuelas, las cuales dejan la piel en forma de sacabocados y con hiperpigmentaciones de origen inflamatorio. Para el tratamiento de estas suele usarse distintos tipos de peeling químico o técnicas de microdermoabrasión, siendo muy importante el uso continuo de pantalla solar en gel.
Cuando la Patología se vuelve muy severa y no solo se manifiesta a nivel de rostro, sino que también abarca pecho y espalda, los dermatólogos recomiendan el uso de retinoides orales, los cuales trabajan directamente sobre la glándula sebácea, inhibiendo la producción de sebo. Estos tienden a provocar una resequedad de la piel y mucosas, por lo que se recomienda el uso de geles hidratantes durante el tratamiento. El peróxido de benzoilo es otro medicamento de uso externo muy recomendado.
El pronostico del Acné es muy variable, en muchos pacientes persiste varios años y mejora espontáneamente al pasar el periodo de la adolescencia (aunque suele quedar la tendencia seborreica) y en otros prevalece hasta la Adultes. Hoy en día también se reconoce la aparición del acné en la mujer adulta, fundamentalmente en pacientes que padecen algunos trastornos hormonales como es el síndrome de ovario poliquístico.